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domingo, 26 de agosto de 2012

Casi todos se quedaron boquiabiertos.



Esta obra la hice hace muchos años. Está en las manos del Diego, que me procuró la materia prima para su elaboración. Es una de esas obras de las que jamás nos desharemos. Tenía una obsesión con el papel maché y con la idea de crear seres tridimensionales, de que salieran de mis manos sus caras y hasta sus cuerpos. Esta la hice con unas maderitas que me regaló el Diego, que las rescató de la basura. Luego en cada una puse una carita de papel maché, las dejé secar y las pinté. Lo que tienen en común la mayoría de seres que habitan esta caja negra, es su expresión de asombro. Están boquiabiertos. Algunos no se inmutan, están vencidos por el sueño. A mí frecuentemente me pasa eso, cuando algo importante ocurre, ya me he quedado dormida.

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