Recuerdo que cuando era niña, al volver a clases un paso obligado era hacer el clásico dibujo de las vacaciones. Yo siempre acostumbraba a dibujar el parque de mi barrio, con un radiante sol, cometas y columpios.
Ahora me parece lindo no dibujar cómo han sido mis vacaciones, sino aprovechar las vacaciones para dibujar y pintar lo que se me ocurra, y retomar viejos compromisos. Les presento los resultados, luego iré colgando otras obras que ya están listas.
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