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domingo, 9 de noviembre de 2014

Dibujos encontrados en una carpeta de recuerdos del Diego que había -casi- olvidado que existían.

Tal como encontrar un billete en un bolsillo de manera inesperada, cuando revisaba una carpeta viejita del Diego, encontré algunos dibujos hechos por mí hace mucho tiempo. Cada uno tiene su historia. Qué tienen en común: nada más que haber estado encerrados en la misma carpeta. Ahí van:





Este dibujo pertenece a un tríptico que pinté en 2008. Era parte de una serie de trabajos monocromáticos que me dediqué a hacer por bastante tiempo. Un día me vi en la necesidad de desmantelar el tríptico, y encontré este dibujo suelto. La verdad es que no tengo idea de qué o quién es y de qué era en ese momento lo que debía comunicar. 






Este tiene un origen más conmovedor. Fue realizado un 16 de julio de 2010, en el marco de un curso vacacional de serigrafía en el que me inscribí. Por las gotas de tinta en lugares que no debían ocupar, se evidencian los errores técnicos de la impresión. A mí me gustó mucho, con todo, y estaba casi segura de que no guardaba ningún ejemplar conmigo. Pero era evidente que debí haberle regalado uno al Diego. Y he aquí, la impresión "3 de 5", titulada "Guiño". Tan mal hechita pero tan bella al mismo tiempo, que me recuerda a esas cosas que gustan y no.  






Este último dibujo sí lo había olvidado completamente. De hecho, me sorprendí mucho cuando le vi. No tiene fecha la firma de adelante, pero detrás tiene esta frase "Para mi Diego de mi vida mi primera tinta, con todo el amor del mundo, al conmemorar nuestro aniversario. 18 de junio de 2008."

Y así las cosas. No se sabe qué ocultarán las ventanas, carpetas, puertas y cajones de nuestras vidas, hasta que un día, por cualquier motivo, nos vemos en la necesidad de abrirlas.