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domingo, 24 de enero de 2016

El cuarto propio

Postalitas que he ido recogiendo por la vida. 



Mesa de trabajo, extrañamente ordenada. 



Mis libritos. La paleta de pintor de mi abuelito don Víctor. La radio que mi papi me regaló al cumplir los quince. 



Estante.



Papeles y cosas para trabajar. 




domingo, 17 de enero de 2016

Serpentinas

El encanto de las serpentinas,
 es la fragilidad concéntrica
que de un soplo festivo las convierte
en coloridos bucles que penden en el aire,
como fantasía espiral que dura lo que una fiesta,
 sin más misión que una hermosura de resorte.

jueves, 14 de enero de 2016

Caminar en la lluvia cuando no hay paraguas


-ni poncho, ni funda, ni carro, ni bus-
Con los materiales de trabajo bajo el brazo,
Es sortear las aguas que bajan en chorro desde canales,
Es refugiarse en los aleros de las casas viejas
Con intervalos de liquidez. 


Es esperar una venta ambulante de paraguas que nunca llega.
Es pensar en dónde estará ubicado el almacén chino más cercano.
Es guarecerse de la intemperie, hasta que escampe.
Pero nunca escampa. 


Entonces hay que partir.
No hay un taxi cerca –todos llenos-
El teléfono está descargado.
Los charquitos sucios de la calle amenazan con llover también
Si pasa un carro sobre ellos.

En ese momento ya no importa nada.
Solo importa saber que la casa espera.
Recordar la infancia de zapatos de lona o con hueco,
Cuando la media mojada.

Igual ha hecho un calor de bus de mediodía todo el día.
Hay que entregarse a la lluvia, no queda más.
Y esperar no enfermarse
Y que la ropa se seque en el sol de aguas
Que promete el día siguiente.

lunes, 4 de enero de 2016

EN LA CARPETA (Juan Gelman)



Tomé mi amor que asombraba a los astros
y le dije: señor amor,
usted crece de tarde, noche y día,
de costado, hacia abajo, entre las cejas,
sus ruidos no me dejan dormir perdí todo apetito
y ella ni nos saluda, es inútil, inútil.

De modo que tomé a mi amor,
le corté un brazo, un pie, sus adminículos,
hice un mazo de naipes
y ante la palidez de los planetas
me lo jugué una noche lentamente
mientras mi corazón silbaba, el distraído.

Pintar 2016 como si de una caja se tratara




Las cajas representan la maravilla de la posibilidad de guardar cualquier cosa. Son contenedoras ya del vacío, ya de mercancía, ya de fragilidad. O quizás de recuerdos, de cartas, de materiales para hacer algo bonito con ellas. Hace mucho guardo cajitas en la esperanza de pintarles algún día, de decorarles. También he hecho mis propias cajas, con papel maché sobre todo, pero no tuvieron el mejor destino. 

Esta vez escogí una caja de las algunas que tengo almacenadas en mi taller. Una caja blanca, inmaculada, que alguna vez albergó un par de zapatos. Decidí poblarle de seres, para que su coraza se llenara de imposibles dibujos y de diseños preexistentes de papelería decorativa que he ido guardando por la vida. Cuando tengo pereza de pintar, ellos rellenan muy bien los espacios de mi terror al vacío. 

Ahora tendré que ver de qué le lleno a mi cajita. 


Tapa principal.


Tapa frontal.


Tapa lateral.


Debajo de la anterior. 


Vita Brevis


Otra tapa lateral.




Debajo de la anterior.