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domingo, 25 de agosto de 2019

Mientras vemos la novela


El Diego y yo estamos enganchados con una telenovela argentina de 2013 que se llama Farsantes, la vemos por YouTube. Esta es, quizás, una de las pocas producciones con la que ninguno de los dos hace renuncias para mirarla en conjunto. Ayer, sábado, sin planes fuera, hicimos una maratón de la telenovela y se me ocurrió pintar. El Diego me pasaba agua, servilletas, colores, té, me ayudó a buscar el borrador, los marcadores y me prestó su lápiz. Yo iba ocupando los colores en ambas cartulinas, alternativamente, para no desperdiciar el acrílico, pintura que se seca inmediatamente y se plastifica. Así, él me pasaba las cartulinas, ahorramos tiempo, gustamos de la novela y trabajamos a dúo, como un equipo. Por esto, en esta ocasión, hablamos de obra conjunta. Cosas así de bonitas nos está dejando la vida en la capital. Ordinariamente, en Cuenca, yo pinto en mi taller, sola.